Leonardo Zeevaert

La inquietud por ampliar sus conocimientos le llevó al Instituto Tecnológico de Massachusetts, al que ingreso en 1939 para realizar estudios de posgrado en Ingeniería Civil.

Su experiencia como profesional y como maestro la resumió en el libro Foundation Engineering for Difficult Subsoil Conditions (Ingeniería de Cimentación para Condiciones Díficiles del Subsuelo), del cual su segunda edición (1983) se encuentra agotada.

Como reconocimiento a su labor, en 1986 la Universidad Nacional Autónoma de México lo designó "Profesor Emérito" y en 1989 le otorgó el "Premio Universidad Nacional" en el área de Innovación Tecnológica.

En el aspecto docente, el Dr. Zeevaert ha sido invitado a impartir conferencias y cursos sobre mecánica de suelos e ingeniería sísmica en universidades tanto de los Estados Unidos, Asia, Centro y Sudamérica.

En lo relativo a la interacción suelo-estructura elaboró su primer trabajo en 1946, cuyas ideas fundamentales ha seguido desarrollando a través del tiempo; éstas las resumió en su libro publicado en 1980.

La Torre Latinoamericana tuvo un comportamiento dinámico que se calificó excelente durante el sismo de 1957, por lo que el American Institute for Steel Construction otorgó al Dr. Zeevaert un premio especial después del sismo.

Este premio fue el primero que se concedió al edificio más alto localizado fuera de los Estados Unidos, cimentado en un subsuelo de condiciones difíciles y sujeto a sismos intensos.

Al respecto ha publicado poco; sin embargo, su participación como consultor en el tema data de muchos años.

Si la obra del Dr. Zeevaert como investigador es vasta, más lo es su práctica profesional.

Para valorar este magnífico proyecto debe tomarse en cuenta que se realizó hace más de 49 años, cuando el Dr. Zeevaert tenía 36 años de edad.

A cargo del Dr. Zeevaert estuvo el resumen de la ingeniería desde 1938.

Debido a su brillante trayectoria profesional, en 1987, la American Society of Civil Engineers lo invitó a impartir la Twenty-third Terzaghi Lecture, el doctor ha sido el único mexicano que ha recibido esta distinción.

La personalidad del Dr. Zeevaert ha dejado una huella indeleble en todos aquellos que han tenido la oportunidad de tratar con él, ya sea como colaboradores en su despacho o como alumnos en la UNAM.