Vivió no sólo en su propio país, sino también en México, en donde se relacionó con notables artistas de ese país; en Estados Unidos, donde trabajó para algunos medios como Life y Reader's Digest, y en Venezuela, como fotógrafo del Palacio de Miraflores.
Leo Matiz fue uno de los fotógrafos más versátiles y singulares de la legendaria y memorable generación de reporteros gráficos que renovaron la escena del fotoperiodismo durante las primeras seis décadas del siglo XX en América Latina, Estados Unidos y Europa.
Y así, saltando de un país a otro, de un continente a otro, la vida creativa y tumultuosa de Leo Matiz, obtuvo reconocimientos meritorios como el premio Chevalier des Arts et des Lettres, concedido por el gobierno francés en 1995 y en 1997 el Filo d` Argento en Florencia, Italia.
Cuando viajó a México Matiz se encontró y convivió con muchos pintores importantes como Frida Kahlo y Diego Rivera, pero de entre ellos uno destacó más por pedirle a Matiz que tuvieran una colaboración y su nombre era Jose de Jesus Siqueiros.
Su esposa fue la caleña Amparo Caicedo Montes de Oca con quién procreó a sus hijos Leo y Alejandra.