Leo Blech
Después tomó clases particulares con Engelbert Humperdinck durante cuatro años para ampliar su técnica de dirección.En 1926 regresó a la Ópera Estatal, donde permaneció hasta que las políticas antisemitas de Hitler le obligaron en 1937 a exiliarse en Riga, donde dirigió la Ópera Nacional de Letonia.Tras ocupar Letonia la Unión Soviética, rechazó una oferta para establecerse en Moscú.[2][3] Se convirtió, así, en el único sobreviviente judío en Riga del Holocausto.En 1949 regresó a Berlín para dirigir la llamada entonces, Ópera Cívica, donde trabajó hasta 1953.