Para introducir la lente, hay que dilatar la pupila del paciente previamente con un colirio.
Entre el iris y el cristalino, circula el humor acuoso, y la lente puede interferir esta circulación y provocar hipertensión ocular e incluso generar glaucoma, por lo que es necesario previamente o durante la colocación de la lente, realizar un diminuto agujerito en el iris, de forma que el humor acuoso pueda circular libremente desde detrás del iris hacia delante.
Aun así, no es recomendable esta operación en personas con tensión ocular elevada.
Es una operación moderna, y los resultados han sido muy satisfactorios, mejor incluso que con la cirugía láser, sin embargo, el mayor riesgo está en la permanencia de un objeto extraño dentro del ojo, como es la lente intraocular.
En cuanto a las cataratas, más del 50% de la población tendrá cataratas a los 65 años, aunque podría adelantar la edad de aparición por llevar lente intraocular.