En el mismo partido, Angela Merkel y su candidato sucesor Armin Laschet se pronunciaron en contra de esta iniciativa.
En la práctica, dentro de Alemania los trámites escritos entre ciudadanos y funcionarios no suelen permitir otra lengua que el alemán.
Con posterioridad al siglo X no hubo demasiadas alteraciones con respecto a la distribución lingüística y, más modernamente, el principal cambio ha sido la progresiva extensión del alemán estándar frente a las lenguas regionales que antes del siglo XIX eran claramente dominantes en el uso cotidiano.
Las lenguas consideradas usualmente como "alemán no estándar" son muy varidas y pueden llegar a diferir notablemente entre sí.
Estos cimbrios entraron en conflicto con los boyos cuyo asentamiento preferente era la República Checa, Eslovaquia, Hungría y Austria, aunque podrían haber tenido presencia en el sur de Alemania.
Inicialmente los germanos usaron el alfabeto rúnico para los primeros testimonios escritos en sus lenguas básicamente en inscripciones epigráficas y sobre objetos.
El ruso, el italiano, el español, el polaco, el neerlandés o el griego clásico ocasionalmente se ofrecen como materias optativas en algunas escuelas (dependiendo de la ubicación geográfica).