Los bebés de manera natural utilizan los ruiditos, los llantos y los gestos para comunicarse mientras se desarrolla su aparato fonador.
Los bebés aprenden el lenguaje oral y gestual a través de sus cuidadores.
El bebé imita lo que ve, asocia gesto con palabra y a partir de ahí cuando quiere decir adiós agita la mano.
De la misma manera que aprende a decir adiós con la mano, si los cuidadores asocian otros gestos a otras palabras el bebé podrá aprender hasta cientos de gestos para expresar sus necesidades, sus deseos o simplemente aquello que le ronda por la cabeza.
[6] Es ampliamente reconocido que la comunicación es fundamental en el desarrollo del niño, ya sea cognitivo, social, emocional o de comportamiento (por ejemplo, Vygotsky, 1978).
[8] Por ejemplo Pablo y Kellogg (1997) observaron que los niños que a los dos años de edad tenían el habla menos desarrollada, eran más tímidos, distantes y extrovertidos a los seis años.
Se observaron ajustes socio-emocionales similares en niños pequeños de habla tardía junto con una mayor disfunción, en un estudio realizado por Irwin y otros.
También observaron (Acredolo et al, 1999 Goodwyn y otros, 2000) otros beneficios, como: Proponen que los mecanismos subyacentes a estos beneficios son: Doherty-Sneddon afirma que es esencial disponer de suficientes investigaciones adecuadamente diseñadas para respaldar los argumentos a favor del uso de las señas para bebés.
Doherty-Sneddon sostiene, sin embargo, que este plazo sólo representa una norma general.
Los gemelos que representaron a Little Jack (Bradley y Pickren Spencer), aprendieron la lengua de señas viendo Signing Time!