Aunque algunos acogieron calurosamente los límites musicales en expansión de la banda, los detractores atacaron las pistas más pesadas por ser un ruido sin sentido.
En una reseña para Rolling Stone, el crítico Lester Bangs elogió "That's the Way" como "hermosa y genuinamente conmovedora", al tiempo que caracterizó las canciones más pesadas de la banda como toscas y poco diferenciadas entre sí.
La crítica, tras la tremenda sacudida de Led Zeppelin II, esperaba algo más contundente, y no acogió muy bien al tercer álbum.
En cuanto al aspecto externo del disco, la portada es mucho más atrevida que las dos anteriores y está plagada de imaginería hippie.
En la edición en vinilo, la carpeta está cubierta de agujeros, con lo que se puede ver la funda del disco, con un diseño completamente psicodélico.