El león es datado habitualmente como una obra de fines del siglo IV a. C..
En 1916 soldados británicos, que operaban en la zona en el marco de la Primera Guerra Mundial levantando fortificaciones en el puente del río Estrimón, encontraron piezas del león e intentaron saquearlas y llevarlas a Inglaterra.
Judge quedaron tan fascinados con los restos del león que en 1933 propusieron una reconstrucción completa.
Broneer aludía así al ambiente previo a la Segunda Guerra Mundial que acompañó las obras, recordando las viejas glorias castrenses helénicas y la amenaza de enemigos externos contra Grecia (las fuerzas alemanas e italianas).
El equipo arqueológico, dirigido por Katerina Peristeri, planteó la hipótesis que el "León de Anfípolis" habría servido originalmente como pináculo o coronación del túmulo.