Laureano Ladrón de Guevara

En España se interesó por la pintura mural de la cual llegó a ser destacado cultor y maestro, creando a su regreso a Chile en 1932 el curso de pintura mural en la Escuela de Bellas Artes.

En sus obras recrea el paisaje costero y campestre, la naturaleza muerta, retratos y escenas costumbristas, a través del lápiz, tinta, sanguina, carboncillo, óleo, acuarela, pintura al fresco, murales y vitrales.

A las numerosas distinciones que recibió durante su vida, destaca el premio obtenido en la Exposición Iberoamericana de Sevilla en 1929, compartido con Arturo Gordon.

Las obras galardonadas se encuentran desde 2001, en la Universidad de Talca.

Recibió el Premio Nacional de Arte otorgado por el gobierno chileno en 1967.