Laura de Córdoba

Pertenecía a una noble familia y además estaba casada con un importante funcionario del emirato independiente cordobés.Al quedar viuda entró en el monasterio de Santa María de Córdoba, llegando incluso a ser abadesa.Proclamó en público su fe cristiana y el emir Muhammad I la mandó prender y azotar.Al ver que no renegaba del cristianismo, fue llevada a los más duros castigos de varas antes de ser sumergida en una caldera de plomo hirviendo, su muerte fue el 19 de octubre del año 864.[1]​ Su festividad se celebra el 19 de octubre.