Las cartas de Alou

Luego viaja a Madrid, donde entra en contacto por primera vez con las ventas ilegales.

Luego se dirige a Segriá (Lérida) para trabajar cosechando fruta y, finalmente, a Barcelona, donde trabaja en la tienda de ropa de otro inmigrante africano.

Su aventura llega a un abrupto final cuando es arrestado por la policía.

Pero cruza el Estrecho nuevamente, cerrando el círculo que deja una puerta abierta a la esperanza.

Se hace patente la dura vida del inmigrante y la explotación que recibe por parte de sus jefes.