Arquitectónicamente, las escuelas de la dictadura muestran una decoración clásica, racional y de formas puras, todo lo contrario que la II República Española adoptó, la cual tenía más preocupación por la higiene y la enseñanza que por la ornamentación.
Las escuelas no se consiguieron terminar hasta bastantes años después, por problemas diversos.
[5] [6][2]En 1930 se bendicen por el cardenal Benlloch y el primer año académico es el de 1931-32.
Esta se distribuye a la manera clásica, es decir, una puerta flanqueada por dos pilastras adosadas con collarín y capitel dentado que soportan un arquitrabe donde se lee MCMXXX.
A lo largo del conjunto un zócalo corrido soporta las molduras de los grandes ventanales cuadrangulares.