El conjunto que conforma esta zona arqueológica está constituido por las estructuras resultantes de la explotación aurífera romana, y el asentamiento humano relacionado con ella, conocido como «Fuente de la Mora», fechable entre la primera mitad del siglo I y finales del siglo II, conservado de forma excepcional por la fosilización del paisaje.
La red hidráulica está formada por canales y depósitos que aportan y regulan el agua necesaria para la explotación, ya que el agua es utilizada sucesivamente para deshacer, arrastrar, lavar y evacuar los estériles del conglomerado aurífero.
Esto se conseguía mediante la excavación de unos canales de evacuación por donde se hacía salir casi todo el material removido, una vez lavado y recogido todo el oro que contenía.
[3] Dispone de varias salas temáticas dedicadas al oro, la romanización, los sistemas de explotación romana, la explotación en Las Cavenes y un aula-laboratorio, entre otras instalaciones.
En su interior se encuentran paneles explicativos, gráficos, maquetas, audiovisuales, reproducciones de objetos arqueológicos, etc. que muestran la historia de la obtención y utilización del oro desde la Prehistoria, así como las huellas que este proceso fue dejando en el paisaje cercano.