La forma actual en la que se lanza el cáber viene de principios del siglo XIX.
Muchos piensan que el lanzamiento del cáber se originó con el lanzamiento de troncos en batallas o en arrojar troncos a los ríos para construir puentes, o incluso en la industria maderera.
Finalmente, debido a que el cáber conserva un momento angular en su impacto con el suelo, la base en la que se apoyaba el lanzador de cáber cae hacia delante y lejos de su ejecutor.
Si el lanzamiento no es perfecto, se puntúa viendo el cáber como si fuera una manecilla del reloj.
Un cáber apuntando a las 11:00 sería mejor puntuado que si marcara las 10:30.