[1] La primera plana del diario reunía, en seis columnas, una serie de avisos clasificados.Visiten la casa y notarán lo que se afirma"; “Los Afamados Sombreros Importados de Borsalino, Giuseppe é Fratello.[2] Los cambios tecnológicos se han presentado como un desafío para el diario, que en 1996 lanzó su edición digital, inicialmente bautizada como "Intervoz", como un espacio destinado a los cordobeses en el mundo.[cita requerida] Asimismo, en los días domingos las ventas netas promedio ascendieron a 100.000 ejemplares, lo que sumado a un número de 4 lectores por ejemplar los días domingos, significa que alrededor de 400 mil lectores leen el mismo diario.Su cámara fue una testigo privilegiada de la historia cordobesa: por su objetivo pasaron casi 30 años marcados por agitación social y política en Córdoba, comenzando con la constitución democrática en el país, la posterior década infame, hasta la llegada del peronismo al poder en los ‘40.También inmortalizó momentos más comunes, pero significativos, como procesiones, bodas, entierros e incluso un duelo que no se realizó.Lacolla, quien se había desempeñado como editorialista por más de 30 años, hasta su jubilación, escribió una columna titulada «La sedición del "campo"», la que no fue publicada por el diario.[6] En «La sedición del "campo"», Lacolla, entre otras cosas, critica el rol de la televisión privada en el conflicto, que hace referencia a los canales Todo Noticias (TN) y Canal 13 de Buenos Aires, que también son del Grupo Clarín.[7] Otros autores han planteado, en diferentes momentos situaciones similares, como el Dr. en Filosofía y Decano (mandato cumplido) Diego Tatián.