La niebla que te envuelve es una novela del escritor español César Fernández García.
[2] El discurrir narrativo acompaña en todo momento al protagonista, Rafa, un joven informático.
Pronto Alfredo dejará solo a Rafa, al que afortunadamente le ayudará Montse, una joven administrativa del centro.
[4] La ficción nos va llevando, de la mano del misterio, hacia enigmas que siempre han sacudido al ser humano: la identidad, la libertad y la apariencia frente a la realidad.
Nada más pisar el centro junto con su colega informático Alfredo, descubre que un poderoso grupo dirige todo cuanto ocurre en Lux Homini.
La meta, según reconoce la directora de la institución docente, es apartar la niebla que impide al cerebro funcionar a la perfección.
Mientras, por todos los sitios, hay cámaras que graban la vida diaria en Lux Homini.
[6] A la pareja profesional formada por Alfredo y Rafa, se suma una joven administrativa que acaba de ser contratada en Lux Homini.
Sin embargo, dado que cualquier intervención del funcionario levantaría demasiadas sospechas, son Rafa y Montse los encargados de descubrir si se están sometiendo a los universitarios a experimentos ilegales.
El punto de inflexión en la acción se produce cuando Rafa cree ver a Alfredo convertido en un alumno.
Este se comporta como un estudiante sumiso con el orden establecido en Lux Homini, pero descortés con Rafa, al que llega a soltar reproches absurdos.
[8] La acción, de un ritmo muy cinematográfico,[9] se hace permeable a distintas técnicas literarias.
"– No os dejaré que hagáis nada a Montse – dijo en voz alta contra el techo.
La niebla, tanto en su trasfondo simbólico como en su realidad física, constituye el universo que aglutina las distintas fuerzas temáticas y explica las motivaciones de los actantes.
El siguiente poema, escrito por un alumno del centro, apunta en esa dirección: "¿Sientes su misterio?
Al mismo tiempo, la niebla es un fenómeno atmosférico que lo emborrona todo, confunde los contornos y crea un onírico mundo de ambigüedad.
Volvía a recomponerse en un velo lúgubre y compacto que ansiaba cubrir el patio."
La rapidez narrativa caracteriza el tiempo interno de la obra, pues los hechos se suceden con un ritmo ágil.
Considerando las revelaciones de los capítulos 27 y 28, colegimos que la novela no ha comenzado con el supuesto inicio (ab ovo), sino in medias res. A la comprensión cierta de la distribución temporal sólo se llega con las explicaciones del profesor Carlos Amador.
Un centro educativo, en un paraje montañoso de Santander, es el marco espacial donde transcurre la acción.
Sin embargo, una correcta descodificación de la realidad puede retirar los obstáculos que impiden al hombre interactuar eficazmente con las circunstancias vitales y ser feliz.
[15] Junto al gran núcleo temático de la profundidad del ser humano, surgen los siguientes temas: