Los musicólogos opinan actualmente que Rameau y Cahusac concibieron originalmente La naissance d’Osiris como parte de una opéra-ballet en varios actos titulada Les beaux jours de l'Amour.
[1] Al igual que Anacréon, La naissance d’Osiris fue recuperada para su estreno ante la corte en Fontainebleau.
[2] En esta ocasión, el regio neonato fue el duque de Berry, futuro Luis XVI.
[9] No hay ninguna evidencia de que La naissance d’Osiris fuera repuesta a lo largo del siglo XVIII, probablemente por estar vinculada demasiado estrechamente a la ocasión del estreno.
[11] Al parecer, los intérpretes encontraron algunos números de la partitura tan exigentes desde el punto de vista técnico que estos fueron suprimidos en el estreno; esa escritura virtuosística deriva probablemente del estilo musical italiano.
Los pastores se solazan con la paz de que goza su tierra; sólo falta una cosa para que su felicidad sea completa (Coro: Coulez jours de paix, coulez jours heureux).
Entonces el cielo se oscurece, centellea el relámpago y retumba el trueno; creyendo que se trata de la ira de Júpiter, los aterrados pastores emprenden la huida (Coro: Júpiter s'arme de la foudre), pero el Sumo Sacerdote los tranquiliza asegurándoles que el dios está complacido con sus sacrificios y que les trae buenas noticias (Ariette: La flamme des éclairs, les éclats du tonnerre).
Los sacerdotes rinden homenaje a Júpiter y los pastores se regocijan (Coro: Chants d'allégresse et de victoire, Ariette para una pastorcilla: Volez, plaisirs, régnez, aimables jeux).