Su aspecto produce escalofríos, más cuando se da cuenta de que le sigue a corta distancia.
En esta ocasión, furioso, la ataca, pero ella se burla de él y escapa.
Todo esto le cuenta a Gabriel, que trata de consolarlo.
Pocos días después, Telesforo enferma gravemente, y Gabriel tiene que volver a Madrid.
Al entierro asiste una vieja que se ríe impíamente durante la ceremonia y marcha delante de los enterradores.