La pieza fue compuesta en un momento histórico importante, pues se acercaba el fin de la Guerra Fría.
Luigi Nono fue un compositor comprometido con las ideas de izquierda y el marxismo influyó profundamente en su obra.
La obra en su nueva versión fue terminada en enero de 1989, la cual fue vuelta a interpretar por Kremer, y fue grabada para el sello Deutsche Grammophon.
Al respecto, la violinista Aisha Orazbayeva, quien ha interpretado la obra, señala: "Cuando toco la pieza, olvido que es Kremer [...].
Ambos violinistas simplemente se convierten en fuentes de sonido, solo pistas: tiras magnéticas controladas por Nono".