Intercala el presente con los años 40, de manera que va alternando en cada capítulo una época u otra, contando dos historias diferentes pero relacionadas.
Sarah cierra la puerta por fuera y se queda con la llave que abre el escondrijo.
Al otro día el esposo las encuentra ya que pasaron la noche en su granero.
Sarah está cada vez estaba más preocupada por su hermano, a quien dejó dentro del armario con un poco de agua y comida, que seguramente ya se habría acabado.
Está sucia, pero no tiene donde lavarse, se siente avergonzaba porque huele mal, al igual que todos los otros a su alrededor.
Toman el tren, donde encuentran muchos soldados y disfrazan a Sarah de varón para que no la identifiquen e incluso sobornan con dinero al guardia que recogía los boletos.
Llegan a la casa, llaman a la puerta y un niño abre la puerta; Sarah lo empuja y corre al armario, abre con su llave, la llave que había guardado durante tanto tiempo, solo para encontrarse con el aterrador espectáculo de un pequeño cadáver putrefacto.
Sarah sigue viviendo con los ancianos hasta la edad adulta, emigra a Estados Unidos, donde se casa y tiene un hijo, pero guarda silencio sobre su pasado hasta que se suicida con su coche por los pensamientos que la han atormentado durante tantos años.
Julia tiene un nuevo tema para un artículo, la redada del Velódromo de Invierno.
Comienza a investigar, acompañada por su fotógrafo, y ambos se van dando cuenta de lo poco que saben.
La gente estaba muy confundida y cada vez había más pisos vacíos en la ciudad, que rápidamente eran ocupados por otras familias.
Lo hace en un tono que, por el contrario, despierta en Julia una mayor curiosidad y le impulsa a seguir indagando.
Julia comienza a tener retrasos en su menstruación, pero no piensa que está embarazada ya que antes de tener a Zoë había sufrido varios abortos y habían pasado muchos años desde el nacimiento de Zoë.
Mantiene la noticia en secreto durante un tiempo, pero decide participárselo a su marido, quien quería tener niños.
Para su estupor, cuando le da la noticia, este le dice que lo mejor es abortar ya que no quiere volver a ser padre a los cincuenta años de edad.
Siguen apareciendo testigos, a quienes entrevistan para completar el artículo.
Julia procura saber quien vivía en aquel apartamento que debía convertirse en su residencia familiar, y rápidamente Internet les da el nombre y una foto de Sarah Starzynski, de diez años, un año menor que su hija.
Julia decide contarle a su hermana la situación que se le presenta con el nuevo bebé.
Ellos no sabían nada, pensaban que el hedor fétido se debía a una cañería, por lo que habían llamado al fontanero, pero el armario estaba oculto y no buscaron allí.
Cuando el abuelo murió tenía guardados varios documentos confidenciales en una caja fuerte pero su hijo Edouard nunca los abrió y solo ahora lo hará, con esperanzas de encontrar algo relacionado con Sarah.
Julia decide abortar y acude a la clínica sola ya que su marido está en viaje de negocios.
Comienza a consultar guías telefónicas y llamando para ver si logra averiguar algo más.
En ese momento entra la enfermera, quien le informa que llegó la hora de practicarle el aborto.
Julia se dirige hacia allí, donde una mujer le dice que ahora ella está casada con quien fue el marido de Sarah, y que esta había muerto en un accidente de tráfico, aunque en realidad se había suicidado.
El la acompaña y Julia le cuenta a Edouard, su suegro, de quién se trata.
Julia se divorció de su marido y tuvo a su segunda hija.