En esta representación Kikunosuke, su hijo adoptivo, fracasa estrepitosamente por su escasa habilidad, alimentada también por la vida disoluta que lleva dedicado al alcohol y las prostitutas.
Enterado Kikunosuke de ello va a buscarla, pero ella no se deja encontrar.
En la nueva compañía sigue sin progresar como actor, aunque conserva , no obstante, el favor del viejo y achacoso director y actor principal, que le anima a perseverar.
Un día Otoku le regala un mueble con un espejo para que pueda ensayar en casa y mejorar como actor.
En su retorno a la ciudad donde vivió con Otoku Kikunosike es recibido con todos los honores y su éxito es clamoroso.
Sin embargo llega su antiguo casero para decir al ahora famoso actor que Otoku está en el trance de morir en unas horas, y que quizá debería ir a visitarla para despedirse de ella.
Además este le dice a su hijo adoptivo que valora su sacrificio y la considera su legítima esposa.
Cuando Kikunosuke llega junto a Otoku esta, llena de ilusión, le dice que serán felices cuando ella se cure y pide a su amado que marche para no llegar tarde al desfile, que ella lo oirá a través de la ventana.
Historia del último crisantemo es aparentemente una historia sobre el mundo del teatro, que tiene en su argumento una importancia preeminente, sin embargo laten por toda ella los temas y preocupaciones que son el núcleo de la producción cinematográfica de Mizoguchi: el sacrificio, los sentimientos y vivencias de las mujeres incomprendidas y los amores al margen de la norma social.
Es una película construida en su totalidad con largas tomas que reencuadran la acción cuando es necesario en vez de recurrir al corte.