La crucifixión una pintura al óleo del artista alemán Lucas Cranach el Viejo, creada en 1532.
El Buen Ladrón y Longino le miran directamente, en alusión a su salvación.
Hay un agudo contraste con los soldados romanos, que están evitando su mirada y el Mal Ladrón, descrito como calvo e hinchado.
Detrás de ellos están figuras contemporáneas, quienes son considerados como no iluminadas, ya que todavía no han sido testigos de Cristo.
[1] La pintura enfatiza el sacrificio de Jesucristo, y utiliza a los testigos para mostrar el reconocimiento del acontecimiento de su muerte como clara referencia a la nueva teología luterana; la humanidad pecadora sólo es redimida a través de Cristo, no a través de la Iglesia católica.