Llega al café Gangarilla, uno de los cómicos, trayendo la nueva obra que se va a ensayar, y también nuevas noticias sobre lo que ocurre en palacio, donde se fragua una conspiración contra los liberales y constitucionales.
Al quedar el café solo, llega Elena, buscando hablar con Rafael y aclarar los rumores de su romance con Maravillas.
Entra, malherido, Rafael Sanabria, el cual es atendido por Elena ante la impotencia de Maravillas.
Llega Luis Candelas, el famoso ladrón, empuñando un fusil y buscando voluntarios para luchar por la libertad, Maravillas toma una bandera de uno de los secuaces, y marcha con los demás, hacia la calle a luchar por la libertad.
Los guardianes quedan dormidos, debido al vino mezclado con somníferos, que les sirven Maravillas y Pirulí.
Rafael aprovecha para salir de la cárcel, provocando un gran alboroto entre los guardias y presos, logrando escapar definitivamente.
Con ellos viajan de incógnito Rafael, Elena y Calatrava, los cuales quieren cruzar la frontera hacia Francia para poder ser libres.
Logran escapar y todos los cómicos los despiden, mientras que Maravillas llora desconsolada ante la marcha de Rafael.
La obra concluye con Luis Candelas despidiéndose tiernamente de Maravillas al ser llevado por los policías.