El poema tiene la métrica de un lay bretón, una forma popular en la literatura en inglés medio del siglo XII.
Como no tienen hijos, Aotrou busca la ayuda de una bruja, a la que es guiado por una cierva blanca.
Cuando Itroun está con los gemelos recién nacidos, la bruja reaparece, revelándose como una korrigan, y pidiendo el amor de Aotrou como pago.
[1] Aotrou sacrifica su honor caballeresco a los valores cristianos, y rompe su palabra.
Sin embargo, el desenlace de ambas obras es contrario: mientras que Dorigen (el protagonista de Chaucer) sacrifica sus valores cristianos a las imposiciones del código de caballería y con ello salva su felicidad, Aotrou renuncia al código para no volver a pecar (ya lo había hecho al tratar con la korrigan), sacrificando con ello su felicidad mundana, e incluso la de su amada y sus hijos recién nacidos, para salvar su alma inmortal.