Está ubicada al sur del término municipal.
Su construcción data del siglo I a. C. Las dimensiones del edificio son de unos 200 metros cuadrados, que contaba con termas.
El edificio constaba de seis estancias principales: el vestidor o apodyterium, la «sala templada» o tepidarium, la sala caldarium, la sauna o sudatorium, la piscina de agua fría o frigidarium y el horno, donde se estaban las instalaciones de la calefacción subterránea de los baños, conocida en arqueología con el nombre de hipocausto.
Con esta declaración, las ruinas de Can Tarrés se equipararon a conjuntos monumentales romanos tan importantes como el Foro romano de Tarraco o la ciudad de Ampurias.
Documentada ya a finales del siglo pasado por la Asociación Catalanista de Excursiones Científicas, constituye un magnífico exponente del poblamiento rural romano.