Gorda Matosas
A los 13 años falleció su tío, quien la criaba, por lo que quedó en manos de un juez.Recibió su apodo porque en 1964[1] el exdefensor uruguayo Roberto Matosas ―símbolo del club en los años sesenta― le obsequió su camiseta con el número 6, la cual utilizó las siguientes tres décadas en todas las ocasiones que acudió al estadio.El futbolista declaró en una nota a un periódico argentino que «era más famosa la Gorda Matosas que yo», haciendo alusión a la importancia de este personaje en el mundo futbolístico de la época.[4] Se caracterizaba por ser una mujer de modales groseros y un vocabulario pobre en elegancia.La Gorda Matosas marcó junto con su equivalente boquense La Raulito (sobre cuya vida se rodó una película)[5] un antes y un después en la cultura futbolística del país,[6] llamando la atención por sus poco femeninas características ―ambas se caracterizaron por una fuerte masculinidad manifestada en ropas, lenguaje y comportamientos―[7] motivo más que polémico en una época en la que las mujeres aún eran excluidas de este deporte,[7] exponiéndose a los numerosos prejuicios a los que serían sometidas por ello.[3] Fue cremada, y sus cenizas se encuentran esparcidas por el césped del estadio Monumental.