Entre estos, se encontraba el cacique Cafulcurá, el cual, antes de los combates, trasladó su familia a Neuquén.
Con el paso del tiempo, las compañías inglesas se instalan en el país y llegan los ferrocarriles a la llanura pampeana.
Desde La Gloria, se embarcaban en el tren, los animales de la zona, con rumbo a Buenos Aires.
Sumado al cierre del Ferrocarril en la década del 90, en pocos años La Gloria, se transformó en un pueblo abandonado, llegando a estar en la lista de los denominados "pueblos fantasmas" de la argentina.
Por la parte privada, funciona una fábrica embotelladora de agua, una despensa, una ferretería y una carpintería.
El recurso natural más importante de la zona, es el agua, la cual es muy dulce y abundante.
Del mismo modo en que se pobló en el pasado, con inmigrantes europeos, en la actualidad La Gloria se está poblando con inmigrantes internos, provenientes de ciudades vecinas y de otras provincias como Córdoba, Mendoza y Buenos Aires.