La Crucifixión con la Virgen, los santos Juanes y san Francisco es una pintura al temple sobre tabla fechada entre 1457 y 1458, obra del pintor italiano Paolo Uccello, actualmente en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid (España).
[1] Su datación está sujeta a debate: algunos la fechan en el mismo período que la Catedral de Prato (1435) debido a las similitudes formales entre la pose de la Virgen María en la crucifixión y la mujer subiendo las escaleras del fresco de la capilla del Nacimiento de la Virgen.
Otros sitúan la tabla en un período posterior a su regreso a Padua, donde se apreciaría la influencia de la obra del escultor y pintor italiano Donatello.
[2] Sobre el fondo de un paisaje árido, con una montaña en el centro y otras más ligeras y lejanas a los lados, el crucifijo se alza majestuoso, flanqueado por cuatro santos en posiciones simétricas.
Con sus gestos, sus miradas y sus posturas, remiten continuamente al centro de la representación, a Jesús, a través de un juego de líneas contundentes que recuerda, en su esquema piramidal, a una retícula de perspectiva con vuelo central, tan querida por el autor.