Desde el pequeño espacio primigenio, se fue extendiendo por la plana de la casa Tarrida, una antigua masía del siglo XIII, hoy desaparecida.
Era una barriada popular de torres y casas con huertos.
El crecimiento urbano de la Clota no ha sido muy intenso, y ha mantenido hasta hoy ese aire rural que constituye una notable singularidad en la Barcelona actual.
Coexisten las casas bajas y masías centenarias con huertos, con un pequeño núcleo formado por edificaciones autoconstruidas.
Todavía quedan algunos talleres como carpinterías, marmolerías y herrerías.