En términos generales, la controversia fronteriza se remonta al siglo XVI cuando británicos, holandeses y españoles eran rivales en esta parte de América del Sur.
Venezuela reclama la línea Schomburgk, alegando que el Reino Unido había adquirido ilegalmente unas 30.000 millas cuadradas (80.000 km²) de su territorio.
Venezuela sostenía que sus fronteras llegaban al este hasta el río Esequibo invocando el principio del Uti possidetis iure.
El Reino Unido tenía muchas otras preocupaciones por su imperio y no tenía ningún deseo de un conflicto en las Américas, lo que causó que el primer ministro Salisbury aceptara someter la controversia a la Comisión de Fronteras estadounidense.
En 1899 finalmente se constituyó en París un tribunal arbitral cuya decisión debería ser aceptada por ambas partes como forma de resolver el litigio.