L'illa Diagonal

Entidades financieras, cadenas hoteleras y grandes compañías empezaron a posicionarse en esta zona de Barcelona.El empresario catalán Román Sanahuja Bosch (Grupo Sanahuja), consiguió hacerse con el terreno y, después de recibir varias ofertas, colaboró con la aseguradora suiza Winterthur para arrancar el proyecto.El equipo formado por Manuel de Solà-Morales y Rafael Moneo presentó una solución que, ellos mismos describieron como “El rascacielos tumbado”, una opción que rápidamente fue bien acogida por los barceloneses.En términos arquitectónicos y urbanísticos, se proyectó un edificio de planta longitudinal paralelo a la avenida Diagonal, detrás del cual se encontrase un parque que acogiese un hotel, un centro de convenciones y unas escuelas.La multiplicidad de usos —oficinas, hotel, centro comercial, aparcamiento, escuelas, polideportivo, sala de fiestas— estuvieron muy presentes en la conceptualización del proyecto desde sus inicios.
L'illa Diagonal.