Algo más tarde apareció el rotativo Moniteur Belge, boletín oficial de la joven nación, dirigido por Philippe Bourson.Hacia 1840, el rey Léopoldo I consideró que la supresión de un diario crítico con su gobierno podía obviar su grave déficit público, superior a los 40 000 francos anuales.[1] En efecto, Marcellin Faure aceptó exiliarse y el periódico dejó de aparecer, aunque encontró rápidamente un comprador.[9][10][11][12] En las páginas literarias, destaca Gustave Frédérix, que sucedió al escritor Émile Deschanel.A su vez, Gaston Bérardi es crítico teatral en París, donde firma también en el diario conservador Le Figaro.[9].Su hijo Gaston Bérardi (1849-1929), director del periódico desde 1884, cedió la propiedad a un grupo de inversores franco-belgas.Al finalizar el siglo, la cabecera es vista como menos independiente del extranjero, pues recibe subsidios de Londres y París.
El recorrido seguido por el explorador Henry Morton Stanley. En 1878,
La Independencia belga
décroche su primera entrevista a su regreso de Congo
Ernest Solvay, tercero sentado marchando de la izquierda, durante el Congreso Solvay de físico de 1911. En 1936, adquiere
La Independencia belga
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