Según la leyenda, casi toda la tribu de Kalervo muere durante una guerra contra su hermano Untamo, quien, una vez culminada la matanza, vende a su pequeño sobrino como esclavo a Ilmarinen.
Un día, lo manda a apacentar el ganado y le da un pedazo de pan que ha sido horneado con piedras en su interior.
Tras esta acción perversa, Kullervo huye de su esclavitud y descubre que su familia sigue viva.
Kullervo intenta trabajar con su familia como pescador, pero, «por la muy mala educación / que le había dado su madrastra», es incapaz de ejercer bien el oficio: con sus manejos torpes, rompe los remos y estropea las redes.
La espada le responde con entusiasmo que está «lista para beber su sangre», y Kullervo termina inmolándose sobre ella.