Kráku-karl (nórdico antiguo: hombre cuervo) es un personaje intrigante que aparece en el manuscrito Morkinskinna,[1] como un bóndi del siglo XI que tenía el atributo de comunicarse con los pájaros.
Un día que se encuentra navegando le llama la atención una casa en la ribera y pregunta por el propietario.
Kráku-karl es un hombre de conversación agradable, elocuente y con gran conocimiento en muchos temas; los cuervos que se comunican con él parecen bien informados de los asuntos del mundo.
Contra el pronóstico real, Kráku-karl descubre la verdad y traduce lo que las aves comparten con el bóndi, que su caballo ha muerto y ha sido decapitado por los hombres del rey.
El bóndi traduce al rey lo que los cuervos dicen y lo recita poéticamente, no en prosa, una de las formas retóricas que usa el dios nórdico en otras sagas islandesas.