Procede de las costumbres hospitalarias y festivas de los antiguos rus', habiendo permanecido en la tradición ucraniana, rusa, bielorrusa, etc.; y entre los emigrantes ucranianos.
[2] Estas mujeres eran llamadas las korovainytsi (polaco: korowajnice) y la mayoría de las veces eran invitadas en número impar a elaborar el pan, normalmente siete.
[4] El korovai es bendecido antes de meterse al horno para cocerlo.
El pan es compartido por todos los invitados, en lo que se considera la culminación de la ceremonia.
La siguiente porción corresponde a los padres de la novia, y así sucesivamente.