Kōki Hirota

Su padre fue un picapedrero y él fue adoptado en la familia Hirota.

Luego de trabajar como ministro en Holanda, fue destacado como embajador en la Unión Soviética entre 1928 y 1932.

Posteriormente, Hirota fue condenado a muerte por el Tribunal de Tokio, por no haber sabido impedir esta tragedia y por los siguientes cargos citados: La severidad de esta sentencia está sujeta a controversia, ya que Hirota fue el único civil ejecutado por el citado tribunal.

Hirota era un burócrata civil y era popular entre el público, lo que llevó a que se reunieran 29,985 firmas en Japón en una petición para reducir su sentencia.

[1]​ Generalmente, a menudo se le retrata como un ministro que se oponía a la guerra pero que no pudo resistir la presión del ejército.

Kōki Hirota en el momento del anuncio de su condena a muerte