En 1939 se produjo una intensa remodelación del auditorio, dirigida por Benno von Arent, que adaptó la decoración a los gustos de los nuevos dirigentes austriacos, tras la anexión por parte del III Reich alemán.
Como consecuencia, se eliminaron los frescos originales del foyer, pintados por Anton Faistauer.
Tras esta última remodelación, la visibilidad y la acústica de la sala quedaron gravemente afectadas.
Tras la inauguración del anexo Großes Festspielhaus, los arquitectos Erich Engels y Hans Hofmann llevaron a cabo una nueva reconversión en los años 1962/63, tras la que el teatro se comenzó a conocer como Kleines Festspielhaus.
Exteriormente, el nuevo acceso se integra con la fachada del vecino Großes Festspielhaus, y está compartido con la entrada de la Felsenreitschule.