Fue producido por los estudios Fleischer y distribuido por Paramount Pictures.
Este, en esos momentos en la bañera, hace esperar a Gabby, quien aprovecha para ponerse el manto y la corona reales y simular que es el rey.
Es sorprendido por el auténtico monarca tras salir de su baño y le entrega la misiva.
En ella el remitente le pide al rey que permanezca todo el día en palacio pues ha recibido órdenes de ir a dispararle.
El rey huye para esconderse bajo la cama mientras Gabby, fantaseando con su recién adquirida condición real, deberá hacer frente a la amenaza que sobre él pesa sin tener conocimiento de ello.