Los kikapúes[2]o quicapúes[3][4][5] (kickapoo en inglés) son un pueblo que habitan tanto en Estados Unidos como en México.
Un pequeño grupo continuó huyendo hasta entrar a la Nueva España.
Carlos III les otorgó territorios en Coahuila en las riberas de los Ríos San Angelo y Sabinas.
Lázaro Cárdenas además de visitarlos, confirmó sus derechos y les proporcionó apoyos para sus trabajos agrícolas.
Sus tierras son áridas, cuentan con el agua de las lluvias, afluentes del río Sabinas y frescos manantiales.
Los gobiernos de Estados Unidos y México les han proporcionado algunos derechos por ser considerados un grupo étnico de la región previo a la existencia de los estados nacionales, ya que sus principales asentamientos se encuentran los estados de Oklahoma, Texas y Coahuila, por ello pueden transitar libremente cruzando la frontera sin la estricta documentación que se solicita por lo general a las personas que ingresan a estos dos países.
Cuando un familiar fallece, su cuerpo no se extingue, pasa a formar parte de la tierra y renace.
El gobierno de los kikapú en México, está presidido por un "capitán" con poder civil y religioso.
Pero ambos formaban una unidad, cuando se consideraba que su vida era penetrada por lo espiritual; es decir, la cacería, una actividad necesaria para su subsistencia material era, en última instancia, un don del Gran Espíritu, a quien se dirigía toda su vida.
Así, cada clan tiene su tótem que, en general, pertenece al reino vegetal o animal, incluso a fenómenos cósmicos.