Se convirtió en el espacio central del movimiento okupa de Barcelona como centro social.
La familia Güell emprendió una larga batalla legal para recuperar la propiedad del edificio y luego inició negociaciones con el Ayuntamiento de Barcelona sobre su uso.
El cuartel fue importante debido a que en aquella época se producían en la ciudad muchos enfrentamientos violentos entre sindicatos y empresarios.
[1][3][1][4][5][6] La familia Güell continuó presionando para la devolución del edificio después de que la Guardia Civil lo cediera oficialmente en 1992.
[12] El Ayuntamiento anunció en 2019 que había reservado 1.774.000 euros para comprar el edificio a la familia Güell.