Estuvo activo en el movimiento sueco por el sufragio universal y como primer ministro por el Partido Liberal, impulsó en 1905 la introducción del sufragio democrático limitado para los hombres.
Su sucesor Nils Edén finalmente logró dar un paso más allá y llegar al sufragio universal en 1918.
Staaff intervino en un duro conflicto con el establishment sueco conservador, y se convirtió en una figura odiada entre los conservadores, monárquicos y antidemocráticos.
Se lanzó una intensa campaña de difamación contra él, pintándolo como el destructor de la tradición y la sociedad suecas: los estocolmeses ricos llegarían hasta comprar bandejas hechas con la forma de su cabeza.
El actual partido liberal sueco Partido Liberal del Pueblo lo considera como el primero entre los más prominentes líderes del liberalismo sueco durante el Siglo XX, seguido por parlamentarios como Nils Edén, Carl Ekman, el Premio Nobel Bertil Ohlin, Gunnar Helén, Per Ahlmark y Bengt Westerberg.