La estrella en la que fue detectado, KOI-5927 está a 1533,5 años luz de la Tierra.
El telescopio espacial consiguió registrar varios tránsitos antes de ser descartado.
La abundancia del hidrógeno y el oxígeno en el universo suponían una alta probabilidad de que KOI-5927.01 hubiese tenido agua sobre su superficie.
Es posible que, en el caso de haber contado con una atmósfera similar a la Tierra, hubiese tenido extensos casquetes polares y que sus trópicos hubieran registrado un clima similar al de las zonas templadas terrestres.
No obstante, su mayor densidad atmosférica podría haberse traducido en unas temperaturas similares e incluso superiores a las de la Tierra.