Junia Tercia (en latín, Iunia Tertia; 62 a 60 a. C.-22 d. C.) fue una dama romana que vivió entre los siglos I a. C. y I d. C., perteneciente a la gens Junia.
Este segundo rumor surgió probablemente de una observación maliciosa de Cicerón que dijo que durante una subasta donde César vendió mercancías a Servilia a precios reducidos «pues se le había deducido la tercera parte», aludiendo así al nombre de Tercia.
[1] Casada con Casio en 45 a. C., al igual que su madre se le permitió sobrevivir sin ser molestada por los triunviros o Augusto.
Permaneció viuda en su gran villa en el campo y dejó su fortuna a muchos ciudadanos romanos prominentes, excepto al emperador, lo que recibió críticas.
Tiberio perdonó la omisión y le permitió un gran funeral público, aunque prohibió que las máscaras de Bruto y Casio figuraran en la procesión.