Fue trasladado durante la Campaña de la Sierra a la 4.ª compañía del batallón Chacabuco, al mando del capitán Ignacio Carrera Pinto, y allí se encontraba cuando ocurrió la batalla de La Concepción.
Carrera Pinto y el resto de los jefes de la 4.ª compañía, Arturo Pérez Canto, Julio Montt Salamanca y Luis Cruz Martínez, cerraron las entradas a la plaza y se defendieron en ella, aunque caída la tarde se tuvieron que replegar al cuartel.
Esa misma noche murió el subteniente Julio Montt Salamanca, atravesado por las balas adversarias.
Siendo los defensores contables con los dedos de las manos, sin refugio ni parapeto para defenderse y protegiendo con el cuerpo a las mujeres y los niños, de entre los cuales uno nació en pleno combate, se les ofreció una última oportunidad de rendirse, que fue rechazada al grito "¡los chilenos no se rindan nunca!".
Tras eliminar a los últimos defensores, la hueste violó a las tres mujeres hasta matarlas y espantosa muerte dio a los niños y se dedicó al saqueo hasta que advertidos de la llegada del ejército chileno emprendieron la huida.