En el transcurso de la enfermedad parece ser que sufrió una serie de visiones o revelaciones, las cuales supusieron, veinte años más tarde, la fuente principal para su obra titulada Sixteen Revelations of Divine Love ("Dieciséis Revelaciones del Amor Divino", circa 1393).
Se cree que este es el primer libro escrito por una mujer en inglés.
Este concepto es muy diferente de la opinión predominante en su tiempo, que vio en desastres como la peste negra un merecido castigo divino.
Juliana, pues, al igual que otros grandes místicos, usó tanto términos femeninos como masculinos para referirse a Dios y convierte este concepto en el centro de su teología.
[2] Quizá la cita por la que mejor se la recuerda es la optimista: All shall be well, and all shall be well, and all manner of thing shall be well ("Todo irá bien, y todo irá bien, y toda clase de cosas irán bien"), una de las frases más conocidas de la literatura de su época, citada en el siglo XX por el poeta T. S. Eliot en su obra Cuatro cuartetos (dentro del último cuarteto: Little Gidding).
Se considera que como habitante de Europa occidental en su época, Juliana era católica; no obstante, algunos estudiosos la consideran en ciertos aspectos precursora de Martín Lutero y la Reforma, lo que magnifica su figura en dos confesiones distintas.