Un juez, en la España medieval cristiana, era también un cargo establecido, con acepciones diferentes al estricto ámbito judicial.
Durante el reino visigodo, el iudex o juez era el magistrado u oficial elegido por el rey para gobernar los territoria en que se habían dividido administrativamente sus dominios.
Durante el Reino astur-leones, los gobernadores de las divisiones administrativas eran denominados judex, potestas o juez.
[2] En los reinos de León y Castilla, ya desde la segunda mitad del siglo XI, existía un judex o juez, un magistrado municipal, al que le correspondía la presidencia de un concejo, y para la administración de justicia se empezaron a designar dos o más jueces específicos o "alcaldes".
[3] Y será en el siglo XII cuando se había conseguido que, tanto en Castilla como en Aragón, se había podido elegir al juez y a los alcaldes por el propio concejo.