Judith Velasco Herrera

Su carrera tomó rumbo como vedette en varios cabarets situados en la Ciudad de México, presentándose en sitios como La Fuente, El Señorial, La Concha, El Patio, Los Globos, y Terraza Casino.

Gracias a su trabajo en estos clubes nocturnos, a inicios de los años setenta, logró adentrarse al mundo de la actuación, y en 1974 debutó como actriz en las películas Los vampiros de Coyoacán y El carita, en ambas con papeles secundarios.

Chabelo, su amigo, intentó contratarla para un proyecto de televisión que se encontraba planificando, pero dado su avanzado estado depresivo, la actriz rechazó su oferta.

Agobiada por deudas y el desempleo, sus trastornos del estado de ánimo la llevaron a aislarse y enclaustrarse en su departamento, localizado en la colonia del Valle, en Ciudad de México.

Ya que Velasco no tenía familiares en México y ninguno de sus compañeros conocía a nadie de su familia para comunicarse e informar lo ocurrido, optaron por gestionar los trámites necesarios para que el cuerpo de la actriz se sepultara en una cripta del panteón Mausoleos del Ángel, ubicado en Ciudad de México.