Eran más numerosos en la Europa del Este, aunque también existieron grupos en la Francia ocupada y en Bélgica, donde operaron junto con los movimientos de resistencia locales.
[1] Muchos combatientes judíos participaron asimismo en diversos movimientos partisanos en otros países ocupados.
[4] Los partisanos judíos tuvieron que superar grandes dificultades para adquirir armas, alimentos, cobijo y evadir la captura.
Normalmente vivían en refugios subterráneos denominados zemlyankas (en ruso, землянка) y en campos ubicados en los bosques.
Los uniformes alemanes se convirtieron en preciados trofeos: abrigaban y servían de disfraces para futuras misiones.