Judío errante

Los orígenes de la leyenda son inciertos; tal vez un elemento sea la historia de Caín en el Libro del Génesis , a quien se le impone un castigo similar: «Aunque labres el suelo, no te dará más su fruto.

Vagabundo y errante serás en la tierra» (Génesis 4, 12), aunque sin que el castigo sea interminable.

[4]​La creencia de que el discípulo amado de Jesús no moriría era, al parecer, lo suficientemente popular en el mundo cristiano primitivo como para ser denunciada en el Evangelio de Juan (Juan 21, 20-23):Pedro se vuelve y ve siguiéndoles detrás, al discípulo a quién Jesús amaba, que además durante la cena se había recostado en su pecho y le había dicho: «Señor, ¿quién es el que te va a entregar?» Viéndole Pedro, dice a Jesús: «Señor, y éste, ¿qué?» Jesús le respondió: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿qué te importa?

Tú, sígueme.» Corrió, pues, entre los hermanos la voz de que este discípulo no moriría.

Aunque este siervo probablemente no sea el mismo guardia que golpeó a Jesús, Malco es, sin embargo, uno de los muchos nombres que se dan al judío errante en la leyenda posterior.

La leyenda se extendió rápidamente por Alemania; no menos de ocho ediciones diferentes de la leyenda aparecieron durante ese mismo año, y antes del fin del siglo XVIII había al menos 40 variantes en ediciones diferentes.

Se conocen ocho ediciones en neerlandés y la primera versión en francés apareció en Burdeos en 1609.

El monje inglés Mateo de París (Matthaeus Parisiensis), del siglo XIII, recoge esta leyenda en su Chronica Majora, quien otra vez recoge el supuesto relato de un obispo armenio que llega a Inglaterra.

Jesús replica que él se irá, pero aquel criado le habrá de esperar hasta su retorno.

En los países de habla alemana se lo llamó Der Ewige Jude ("el judío eterno" o "el judío inmortal"), mientras que en los países de lenguas romances es conocido como Le Juif Errant y L'Ebreo Errante; la forma inglesa se inspiró en esta última y se lo llamó The Wandering Jew.

[13]​ Robert Hamerling,[14]​ en su Ahasver in Rom (Viena, 1866), identifica a Nerón con el judío errante.

Goethe escribió el boceto de un poema al respecto, cuyo esquema está en su obra Dichtung und Wahrheit.

En Francia, Edgar Quinet publicó su versión épica de la leyenda en 1833 y Eugène Sue escribió su Juif Errant en 1844.

[15]​ En Inglaterra se publicó una balada dedicada al tema, en el libro del obispo Thomas Percy Reliques y English and Scotch Ballads, de Francis James Child.

Matthew Gregory Lewis le da un papel secundario de cierta importancia en la novela gótica El Monje (1796).

Andrew Franklin escribió el drama The Wandering Jew, or Love's Masquerade, que se representó como opereta en 1797.

Igualmente otro escritor argentino que utilizó la figura del judío errante en varias novelas es Manuel Mujica Láinez (El unicornio, Bomarzo y Misteriosa Buenos Aires).

Otra aparición del judío errante se halla en el libro El Mártir del Gólgota,[23]​ de Enrique Pérez Escrich, donde se narra que cuando Jesús en su camino al Calvario pasa por la casa de él y le pide agua de su pozo, éste se la niega contestándole: "¡Anda, anda...!

", y entonces es condenado a ser él errante hasta la segunda venida del hijo de Dios.

El judío errante, ilustrado por Gustave Doré .
El judío errante , caricatura basada en estereotipos sobre los judíos .
Valentina Cortese y Vittorio Gassman
en la película de 1948