Juana Rangel de Cuéllar
Emprendedora y dinámica, no se quedó a la zaga de sus vecinos terratenientes; el auge económico basado en la agricultura y la ganadería, y que se prolongó 40 años desde su llegada a Tonchalá, fue el principal motivo para que diferentes familias escogieran este lugar como el preferido para su vivienda.Tonchalá y Guasimal lo tenían todo, menos lo más importante, una parroquia.Por el contrario, al otro lado del río Pamplonita, estaba el pueblo de indios de Cúcuta, con buena iglesia y cura doctrinero.Por lo anterior y porque la parte ocupada por los blancos en su hacienda no era desmedro a su patrimonio, Juana Rangel de Cuéllar pensó en una donación legal y formal a los peticionarios de la parroquia.Siete vecinos aceptaron la escritura de donación, tres testigos y 17 personas notificadas como colindantes por las tierras donadas.